Capítulo 46
Capítulo 46
Capitulo 46
Anastasia se rehusó a que Miguel la acompañara arriba cuando llegaron a la compañía, así que sólo pu do acompañarla a la puerta. Se sintió un poco desconcertado mientras la miraba entrar a toda prisa. ¿C ómo es que el almuerzo terminó abruptamente así? iAún tenia tantas cosas que decirle!
Anastasia cubrió su rostro cuando regresó a su oficina, ya que su mente estaba llena de lo que habia sucedido en el restaurante hace un momento. Era demasiado que ese hombre se aprovechara dos vece s el mismo dia. Belongs © to NôvelDrama.Org.
Mientras tanto, en un chalet lujoso, Helen no habia sido capaz de comer o dormir bien recientemente, todo era porque Anastasia la estaba atormentado como una pes adilla. Habia soñado varias veces que Elias se enojaba y le decía que se fuera. No importaba cuanto rog ara, Elias la odiaba tanto que la abandono sin pensarlo. Estos sueños la despertaban cada vez, y su cue rpo entero estaba empapado de sudor. La presencia de Anastasia parecía ser una piedra en su pecho, y si no se deshacía de ella, viviría por siempre en esas pesadillas.
–No dejaré que arruines mis planes, Anastasia. – Helen mordió sus labios y apretó sus puños con fuerza. Mientras pensaba en ello, una maligna luz cruzó por sus ojos. Si quería matar a Anastasia, las mejores personas para usar eran la madre y la hija de la familia Torres. Ella sabia que Érica odiaba a Anastasia profundamente por los bienes de su familia, y Helen sintió que podia aprovecharse de esto. ¿Acaso Anastasia no queria mucho a su hijo? En ese caso, iharia sufrir a ese niño un poco! El pensamie nto de que la sangre de Elías Iluyera en ese niño la hizo enloquecer de los celos. Por lo tanto, su resenti miento y odio estaban todos enfocados en el niño. Pronto, Helen llamó a Erica y comenzó su malicioso plan
:–Hola, Helen.
–– ¿Qué estás haciendo, Erica? ¿Aún no ha regresado Anastasia los 8 millones valorados en bienes raices ?
– iNi siquiera puede esperar a quitarle todo a mi padre ahora! ¿Lo regresará? – Érica apretó sus dientes.
–– Bueno, no puedes dejar que lo haga, tienes que darle una lección. De lo contrario, pensará que tu mam á y tú son sólo tapetes.
– Claro, tengo que darle una lección. Cuando encuentre la oportunidad, yo…
–Erica, ¿qué oportunidad estas buscando exactamente? Sé que Anastasia no es fácil de dañar, pero ino tiene un hijo de tres años? Si haces sufrir a ese niño un poco, se sentirá cien veces más angustiada que si la danas a ella.
Érica respondió inmediatamente. –¿Qué quieres decir realmente con eso?
– Sólo piensa una manera de llevar al niño de vuelta a tu casa y finge que lo vas a llevar a divertirse. Los niños usualmente son traviesos a esa edad, así que es normal perderlos por accidente. Para ese entonc es serás capaz de mirar a Anastasia volverse loca de la preocupación.
Érica estaba echando humo en ese momento, así que cuando escuchó la sugerencia de Helen, sus ojos se iluminaron. – iSi! Por qué no pensé en eso? Si Anastasia se vuelve loca y muere del enojo,
yo seré aún más feliz.
Helen conocía a Érica muy bien; su mente siempre había sido simple y fácil de influenciar.
–Érica, no puedes dejar que tomé los bienes de tu padre bajo ninguna circunstancia. Ahora, quiere bienes con valor Helen añadió más gasolina al fuego e hizo que las cosas sonarán aún peor.
Por supuesto, los bienes de la familia era los que más le importaba a Erica. Por lo tanto, entre más escuchaba, más pánico le daba. – Sí, tengo que asustarla primero. De lo contrario, pensara que somos objetivos fáciles para que nos intimid
Al ver que Érica había caído en la trampa con éxito, Helen dio un suspiro de alivio y esperó a que actuara