Chapter 580
Chapter 580
Capítulo580
Ema estaba sentada tranquilamente en el sofá, limando despreocupadamente sus brillantes uñas rojas. Leona estaba furiosa, pero notó que la actitud de su madre era un tanto extraña.
En el pasado, si Leona hubiera sufrido tal humillación, Ema habría intervenido de inmediato para protegerla. Después de todo, ella era la hija más querida de Ema y no se permitiría, que nadie se
burlara de ella en su propio territorio, en la familia Hernández. Sin embargo, esta vez, Ema estaba
extrañamente callada.
Leona se dio cuenta de que algo no estaba bien.
Ema, ¿no viste lo que sucedió abajo? ¿Por qué no saliste a defenderme? -le preguntó Leona
bruscamente cuando se acercó a su madre.
Ema, sin embargo, respondió con una voz tranquila y serena: -Leona, lo que sucedió esta noche, no
quiero volverlo a ver nuevamente en casa. No deseo ver ese tipo de incidentes. Noa también es mi Nôvel/Dr(a)ma.Org - Content owner.
hija, y ustedes son hermanas. ¿Cómo puedes tratarla mal? Si esto llega a oídos de tu padre y tu
abuelo, me culparán por no haberte educado adecuadamente. Tienes veinticinco años, ¿por qué te
comportas de manera tan impulsiva como si fueras una paciente con trastorno bipolar? Siempre
estás diciendo que tu hermana no es normal, pero a veces me parece que tú eres la que no eres
normal.
-¡Mamá, te estoy preguntando algo! -exclamó Leona, con la enrojecida de rabia. -¿Viste todo lo
que sucedió entre Rodrigo y yo abajo? ¿Estabas observando todo? ¿Cómo pudiste verlo todo y no
intervenir para ayudarme?
Ema levantó una ceja. -Sí, lo vi. ¿Y qué?
-¡Entonces, lo viste todo! ¿Por qué no hiciste nada para ayudarme? -Leona estaba tan enojada que
parecía a punto de explotar. -¿Cómo pudiste permitir que Rodrigo se llevara a Noa? ¿Cómo pudiste
hacer eso?
Ema respondió con una risa sarcástica, que dejó a Leona perpleja: -¿Por qué no podía hacerlo?
Incluso yo he perdido la esperanza en Rodrigo. ¿Todavía no lo has hecho tú? Es increíble que una
mujer tan sensata e inteligente como yo, haya dado a luz a una hija tan poco inteligente como tú.
Dada la situación actual, no puedo confiar en ti. Si Rodrigo está interesado en tu hermana,
entonces tengo que aprovechar la situación y apoyarlos. Noa también salió de mi vientre, y es raro
que Rodrigo no le importe su discapacidad. Si él la cuida tanto, no hay nada que pueda hacer para
detenerlos. Después de todo, si tu hermana logra estar con Rodrigo, como su hermana mayor,
Leona sintió un fuerte zumbido en su cabeza, y todo a su alrededor se volvió oscuro. ¿Qué quería
decir su madre? ¿Apoyar a Noa? ¿Y qué iba a pasar con ella? ¿Se había convertido en el hazmerreir
de todos?
-¡No es posible que Noa esté con Rodrigo! ¡De ninguna manera! ¡No estoy de acuerdo! -gritó Leona
histéricamente a Ema. Era la primera vez en su vida que se enfurecía tanto con su madre, a quien
admiraba profundamente.
Ema frunció el ceño ligeramente y, sin previo aviso, agarró una copa de vino tinto de la mesa de
centro. Se levantó de un salto y arrojó el contenido directamente al rostro de Leona, empapándola
por completo y dejándola hecha un desastre.
Leona se quedó paralizada, mirando a Ema con ojos exorbitantes mientras el vino tinto goteaba por
sus mejillas.
-¿Quién te dio permiso para gritarle a tu madre de esa manera? ¿No tienes educación en lo
absoluto? -Ema con las cejas fruncidas, rompiendo sin piedad la costosa copa de cristal que tenía
en la mano. Si no estás de acuerdo, entonces ve y persigue a Rodrigo por ti misma. Pero déjame
decirte, por mi experiencia, que estás soñando. Incluso si a todas las mujeres del mundo se las
tragara la tierra hoy, dudo que Rodrigo sienta algo por ti.
Con esas palabras, Ema se dio media vuelta y se fue. La última frase de su madre destrozó por
completo cualquier resto de dignidad y conciencia que Leona pudiera haber tenido. Mientras
sostenia los fragmentos de vidrio en su mano, apretándolos tan fuerte que la sangre comenzó a
fluir, parecía como si estuviera sujetando la garganta de Noa.
-Si lo tengo que hacer, ire hasta el fin del mundo solo para que Rodrigo sea mío y de nadie más.