Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 26



Capítulo 26

Su cédula decía que tenia 45 años, pero los policias miraban a la mujer frente a ellos, sin poder creer que tuviera esa edad.

El corazón de Elia palpito fuertemente, siempre temiendo lo peor. © NôvelDrama.Org - All rights reserved.

Por suerte, la foto en la cédula era de su mamá en su juventud, y ella y Rosalinda eran muy parecidas.

La gente siempre decia que era el vivo retrato de la Rosalinda joven.

Con una sonrisa incómoda, dijo: “Eh, me hago muchos tratamientos estéticos, incluso me operé la cára, así que parezco más joven.”

Los policias la miraron con duda un par de veces, pero no dijeron nada más y anotaron su información.

Hoy en día, las cirugías estéticas son comunes, no era raro ver a alguien de cuarenta pareciendo de veinte.

Elia suspiro aliviada, por suerte no la habían descubierto, si no, no podría mantener su trabajo en Grupo Griera.

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Tenia una gran familia que mantener, si perdía su trabajo, no tendría dinero y se encontrarían en problemas.

Justo cuando sus nervios se relajaban, Elia sintió una mirada fría sobre ella.

Al voltear, vio a Asier observándola con sus ojos fríos e indiferentes.

La mirada le provocó escalofríos, Dios mío, ¿qué había hecho mal?

Asier levantó la comisura de sus labios en una sonrisa burlona y apartó la mirada com mofa.

Esa mujer, no era de extrañar que estuviera tan desesperada por encontrar un hombre, aparte de ser pobre, tenía que recurrir a estéticas y cirugías.

Su cara estaba llena de rellenos químicos.

Al recordar que la había tocado y que incluso había notado que su piel era suave y familiar, Asier sintió escalofríos por todo el cuerpo.

¿Cómo podría estar interesado en una mujer que se había operado la cara?

El caso avanzaba sin problemas, gracias a la evidencia de Bruno y la grabación.

Las acusaciones de la esposa de Javier de que Elia había seducido a su marido no tenían fundamento, y no había ninguna prueba que indicara que la lesión en la pierna de Javier tenía algo que ver con Elia.

Así que la policía dejó ir a Elia.

La esposa de Javier no se rendía, pero Elia no era alguien que se dejara intimidar. Ella contraatacó acusando a Javier de acoso y a su esposa de difamación y

daño emocional.

La policía presentó el caso y detuvo a la esposa de Javier para investigar, al fin, Elia estaba satisfecha con el resultado.

Cuando vio a Asier y Bruno salir de la estación de policía, corrió tras ellos: “Bruno.”

Bruno se detuvo y se giró hacia ella: “¿Qué pasa?”

Elia dijo agradecida: “Gracias, si no fuera por ti, hoy no habría salido tan bien.”

Bruno dijo: “De nada, deberías agradecer al Sr. Griera.”

Después de decir eso, Bruno se apresuró a seguir a Asier.

La razón por la que el caso había transcurrido tan exitosamente fue porque la policía respetaba a Asier. Cuando vieron que Asier y Bruno habían venido juntos, asumieron que estaba de su lado y tomaron muy en serio las pruebas, lo que favoreció a Elia.

¿Agradecer a Asier? ¿Por qué debería agradecerle?

Elia parpadeó, sin entender.

Pero al menos el problema estaba resuelto.

Elia paró un taxi en la calle, quería volver a casa para ver a los niños.

Por otro lado, Asier volvió al Grupo Griera.

Maribel se acercó inmediatamente y mientras caminaban, le informó: “Sr. Griera, hemos encontrado a los familiares de los cuatro niños, estaba a punto de ir a discutir la compensación con ellos.”

Asier camino hacia su oficina con paso firme, su voz era seria y decidida: “Dale esos documentos a Bruno para que los maneje, tú ve a Pueblo Saurí e investigar sobre esa mujer.”


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