Cariño eres multimillonario

Capítulo 151



Capítulo 151: La Misteriosa Nieta Recién Llegada

Un silencio cortante llenó el aire. Aitana observaba a Lucia, aguardando nerviosamente su respuesta.

Entonces, Lucía sonrió y, girándose hacia Aitana, dijo:

-¿Quién dijo eso? Valentina es tan hermosa, si a mi hermano le gusta, claro que me gusta.

A pesar de sus palabras, Aitana pudo ver en sus ojos lo que realmente sentía: ¡no le caían Valentina!

-¡Ah! ¡Eso es estupendo! -Aitana no pudo evitar sentir un ligero satisfecho y no preguntó más. Tras un breve silencio, añadió-: Señorita, si necesita algo, no dude en decírmelo.

El mensaje de Aitana era claro.

-Te lo agradecería mucho -respondió Lucía con una sonrisa.

Santiago estaba tan interesado en Valentina que era inevitable que ella y Lucía no se hicieran. amigas. Pero algunas cosas son más fáciles con una ayudante.

Tras la excitada partida de Aitana, Lucía se cambió a un elegante vestido de gala.

Cuando Valentina llegó, ya era de noche, pero la mansión Valenzuela aún brillaba con luces resplandecientes.

Alonso, desde la distancia, vio llegar a Valentina. Dijo algo a los invitados que lo rodeaban y luego se dirigió hacia ella. Valentina, con un vestido largo negro de tirantes, cabello suelto y una figura envidiable, causó sensación apenas apareció. Owned by NôvelDrama.Org.

-Es la señorita Lancaster…

-Señor Valenzuela se dirige hacia allá…

-Oh, mira, señor Hamilton también va…

La gente murmuraba, observando la escena.

Alonso estaba a unos metros de Valentina cuando Dylan se acercó a ella.

-Hola, señorita Lancaster–Dylan la miró, sonriendo con encanto.

Valentina había oído hablar de Dylan y lo habia visto en los medios, pero nunca habían tenido trato alguno.

El modo en que Dylan la miraba daba la impresión de que ya eran viejos conocidos.

Valentina, confundida, preguntó:

-Hola, señor Hamilton, ¿nos conocemos?

-Por supuesto que sí -respondió él.

Dylan quería decirle que era el mejor amigo de su marido, pero recordando la tarea que tenía ese día, se rio con malicia y añadió:

-Ahora ya nos conocemos, ¿no es así?

Valentina pensó: «Señor Hamilton, un hombre conocido por sus aventuras, su forma de abordar deja mucho que desear.>>

-Buenas tardes, Valentina.

De repente, la voz de Alonso llegó desde detrás.

Valentina se volvió y Alonso ya estaba detrás de ella.

-Hola, hermano Valenzuela. ¿Qué tal? -Valentina lo saludó con una sonrisa.

Al escuchar este término, Dylan se sorprendió inmediatamente.

No era de extrañar que Santiago le hubiera dicho que se mantuviera cerca de Valentina, para evitar que otros se acercaran. Al parecer, a quien vigilaba era a Alonso.

-Ven conmigo.

Alonso planeaba mantener a Valentina a su lado toda la noche. Ignoró a Dylan como si no lo viera, lo que hizo que Dylan no pudiera quedarse quieto.

Valentina estaba a punto de seguir a Alonso cuando Dylan se adelantó, caminando al lado de Alonso, justo tomando el lugar de Valentina.

-¿Hermano Valenzuela? Somos viejos amigos, ¿no me ves? -Dylan dijo mientras le hacia señas

a Alonso.

Santiago, Alonso, Dylan, los tres fueron amigos inseparables. Pero después de la desaparición de Lucy, Alonso y Santiago se pelearon, y Dylan, atrapado en medio, intentó en vano reconciliarlos.

Mirando la escena, Dylan no pudo evitar sacudir la cabeza.

-Puesto que somos viejos amigos, entonces señor Hamilton, como gustes.

Alonso sonrió levemente, sin cortesía alguna, indicándole que se hiciera a un lado.

La sonrisa de Dylan se tensó un poco.

Viendo a Alonso llevarse a Valentina entre la multitud, ella en un elegante vestido negro y él en un traje blanco, parecian una pareja perfecta.

Justo cuando pensaba esto, de repente sintió una mirada penetrante sobre él.

Dylan se estremeció y siguió la dirección de esa mirada, como si viera la sombra oscura en el

rostro de Santiago, y rápidamente siguió a Valentina y Alonso.

Señor Valenzuela, ¿quién es exactamente la nueva nleta adoptada por don Raúl?

Alguien entre los invitados hizo la pregunta de repente.

Inmediatamente, todas las miradas se dirigieron hacia ellos, llenas de curiosidad.

Valentina también miró a Alonso, también curiosa sobre la afortunada.

Esta noche se revelaria la verdad, y ella incluso sentía cierta expectativa.

Pero Alonso simplemente sonrió, sin responder.

En ese momento, el mayordomo, Federico, se acercó a Alonso y le dijo algo en voz baja. Alonso asintió levemente a los presentes:

-Disculpen, voy a recibir a mi abuelo.

Dicho esto, Alonso tomó la muñeca de Valentina y la llevó a un lugar apartado:

-Valentina, quédate aquí y no te muevas, volveré enseguida.

-Está bien–respondió Valentina.

Ella pensó que el señor Valenzuela estaba demasiado preocupado por ella. Este era la mansión de la familia Valenzuela, y todos los invitados eran de la familia Valenzuela. ¿Quién se atreveria a

causar problemas?

Pero justo cuando pensaba esto, un hombre se acercó a ella con una actitud amenazante.

-¿Valentina, tú también en este tipo de eventos? Puedes engañar al señor Valenzuela, pero ¿no

temes mostrarte tal como eres frente a don Raúl?

El recién llegado no era otro que Noah.

Al verlo, Valentina no pudo evitar sentir un profundo disgusto. Pero este fastidio era como un mal que no se podía evitar, siempre buscándola para molestarla. Valentina rodó los ojos y justo cuando iba a irse, Noah dio un paso adelante, bloqueando su camino.


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