Capítulo 145
Capítulo 145: No Dejar que Alonso Sepa que Fue Valentina Quien Salvó
-Está bien.
Después de un largo momento, Valentina respondió a Santiago, casi como si fuera una promesa. La luz en la sala de emergencias aún estaba encendida. Santiago, tras enterarse de lo sucedido,
llamó a los mejores médicos del Hospital Serenidad. Gracias a la intervención médica, don Raúl
despertó.
Don Raúl fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos. Valentina acababa de realizar los
trámites de admisión cuando Alonso llegó. En la habitación, Santiago reconoció inmediatamente a don Raúl y se sorprendió de encontrarlo en Coralia. No esperaba que la persona con quien Valentina compartió la tarta de cumpleaños fuera don Raúl.
-Abuelo…
Alonso entró apresuradamente y llamó suavemente a don Raúl, quien no respondió. Solo cuando
confirmó que todos los monitores indicaban que don Raúl estaba estable, Alonso se tranquilizó. Al ver a Santiago en la habitación, se sorprendió.
-¿Tú aquí? ¿Cómo es que estás aquí?
Preguntó, su instinto lo ponía en guardia. La relación entre la Corporación Mendoza y el Grupo Valenzuela en Guadalajara estaba llena de enredos y desconfianzas.
Santiago, captando los pensamientos de Alonso, respondió:
-Don Raúl tuvo un ataque repentino. Si no me crees, puedes preguntarle al médico o esperar a que él despierte.
Dicho esto, Santiago salió de la habitación sin dar oportunidad a más conversación. Alonso no lo siguió; su prioridad era don Raúl. Contactó inmediatamente con el médico de Guadalajara que
atendía regularmente a su abuelo para que viniera a Coralia.
Mientras tanto, Santiago encontró a Valentina en el vestibulo del hospital. Ella, sosteniendo la factura del hospital, fue abruptamente agarrada por Santiago, quien la arrastró hacia la salida sin decir una palabra.
Espera, espera… -protestó Valentina, intentando resistirse.
-El señor todavia no ha despertado, ¿no seria incorrecto imos asi?
Santiago frunció el ceño.
¿Tienes miedo de que te acuse de algo cuando despierte?
+15 BONOS
Valentina se sorprendió.
-No digas tonterias, ese señor parecia muy bondadoso, no creo que sea de los que acusan sin
razón.
Ella estaba decidida a esperar hasta que don Raúl despertara y contactara a su familia. Sentia que no podia dejarlo solo en el hospital.
Valentina intentó regresar a la habitación, pero Santiago la detuvo tirando de su ropa.
-¿Que haces?-protesto Valentina.
Santiago, sin dejar de caminar, dijo con calma.
-La familia del señor ya llegó, así que podemos irnos a casa tranquilos.
Santiago sabía que don Raúl no acusaria a Valentina, pero no podía permitir que Alonso supiera que fue ella quien salvó a don Raúl.
De regreso en la Villa de Los Pinares, Alonso pasó la noche en el hospital. Al día siguiente. cuando don Raúl despertó, lo primero que dijo fue «Lucy», el apodo de Citlali.
Alonso supuso que el ataque de su abuelo se debió a la nostalgia por su tia.
-Abuelo, ¿quieres comer algo? Iré a prepararlo -preguntó con cariño.
Pero don Raúl parecía buscar a alguien en la habitación, mirando hacia la puerta como
esperando a una persona.
-¿A quién buscas, abuelo? -preguntó Alonso.
-A una joven, de esta estatura, con cabello largo, unos ojos… muy bonitos.
Recordó don Raúl, pensando en la chica de la noche anterior. Pensó que había agarrado su mano antes de desmayarse. Sus ojos le recordaban mucho a Lucy, Por un momento, casi creyó ver a Lucy frente a él.
Alonso estaba aún más convencido de que el ataque se debía a la añoranza por su tia Citlali. La situación no era nueva y los médicos habían mencionado que don Raúl comenzaba a tener alucinaciones. Quizás la «joven de la que hablaba era solo una ilusión.
Mientras Alonso trataba de calmar a don Raúl, Lucía entró apresuradamente en la habitación.
-Abuelo… -dijo al llegar. Al verla, don Raúl sonrió.
-Jovencita… -dijo, sorprendiendo a Lucía.
+15 BONOS Nôvel(D)ra/ma.Org exclusive © material.
Inmediatamente la invitó a sentarse junto a su cama. Apenas se sentó, don Raúl comenzó a
hablar:
-Jovencita, si no fuera por ti ayer, mi vida se habría acabado. Creo que tenemos un destino especial. Tu madre y mi hija comparten la misma fecha de cumpleaños y tú me salvaste la vida. ¿ Qué tal si te conviertes en mi nieta?